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Artículos de Fondo
La nota mal armada de Caretas
Pero nosotros sí los conocemos
La procesión va por dentro
En la edición del 15 de junio de Caretas, la revista política "cocha", aparece el artículo "El Voto Armado" (que nadie se atreve a firmar), en el cual hay algunas equivocaciones que me gustaría aclarar. El domingo 18, el diario La República repite uno de estos errores, así que valga la lección para ambos medios, que parecen estar usando la misma unidad de investigación, para ahorrar supongo. Errar es humano, dicen, pero no tanto tampoco.
En la página 13 de Caretas, escriben: "El gran ausente de entre los altos mandos castrenses fue el general César Saucedo, ministro de Defensa". Bueno, sin cachita, él ya no es ministro de Defensa hace un par de años, ahora el ministro de Defensa es el General Carlos Alberto Bergamino Cruz. Ese es el mismo error que cometieron los colegas de La República este domingo. Creo que para saber eso no hay que estar en el palco de honor en los desfiles, ¿o sí?
Otro pequeño error, que entendemos debido a que los colegas "cochos" nos estaban mirando de lejitos nomás, es cuando cuentan cómo fue la llegada de los periodistas y cómo, luego, llegó Vladimiro Montesinos. Cuentan el asunto como si Montesinos hubiera aparecido en medio de la reunión de los directores de los medios que no tenemos rabo de paja y podemos ir a los actos públicos sin temor al "¿qué dirán?". Así no fue. La tribuna de honor es bien grande. Montesinos estaba sentado en primera fila y ninguno de los directores notó su llegada. En todo caso, ¿qué de malo hubiera tenido que llegara y nos saludara? Conozco a muchos de los llorones opositores que se ponen casi de rodillas cuando saludan a cualquiera de los miembros del gobierno a quienes critican en sus medios. Luego contaré un par de anécdotas bien interesantes que aclararán este asunto.
Pero antes, quiero mencionar otro error "garrafal" (como diría mi viejo) de Caretas. Y ese error no se los perdono, porque hay que tener un poco de memoria o voltear la cabeza nomás para no cometerlo. Cuando me mencionan en ese artículo, dicen que mi cargo en GENTE es de subdirector. Es el colmo que mis colegas de Caretas no sepan cuál es mi cargo. Es como si yo no supiera que el cargo de mi pata Marco Zileri (ver foto patera en un buque de la Marina) es el de Jefe de Arte de Caretas. Por si acaso, para que sepan sin tener que voltear de página (y después no digan que le doy mucho trabajo a su unidad de investigación), mi cargo es de Director Ejecutivo. Recuerdo que, en setiembre de 1999, en una invitación de la Marina de Guerra a un almuerzo en el Buque Insignia, Marco Zileri me preguntó cuál era mi cargo en GENTE. Yo le dije que era Director Ejecutivo. El me preguntó si eso se refería al manejo administrativo de la empresa o abarcaba más y yo le conté de qué se trataba este cargo. Entiendo que, ahora que los Zileri no quieren verse envueltos con los militares para que sus amigos de la "opo" no les jalen las orejas, Marco quiera borrar de su pasado todo lo que tenga que ver con militares (menos los suplementos pagados por la Marina de Guerra, como el que apareció hace unas semanas en Caretas) y que, por lo tanto, se haya olvidado de nuestra conversación. Aún así, supongo que lo mínimo que hará será leer GENTE para saber cómo va su competencia. Por si acaso, yo sí leo Caretas, pero antes de acostarme. Duermo como un rey.
Fue ayer y no me acuerdo
Esta es una de las anécdotas que quería contarles sobre Marco Zileri. Según me comenta mi viejo, es cuestión de herencia.
Nos invitaron al BAP Miguel Grau, Buque Insignia de la Marina. Paseamos y luego nos servimos almuerzo. El Comandante General de la Marina, Almirante AP Antonio Ibárcena, quien es buen amigo personal de Zileri papá y por ello autoriza suplementos bien bacanes para Caretas, a pesar de los ataques, me invitó a sentarme a su lado en la mesa, junto a otros directores de medios y al decano del Colegio de Periodistas del Perú. Pero sobraba un asiento. Así que llegó, tímidamente, Marco y preguntó en voz bajita si se podía sentar ahí. Nadie le dijo que no y se sentó. Eso fue hace menos de nueve meses. Las ganas de estar bien con los militares eran evidentes. La pasamos bien, más aún cuando alguien que no sabía que yo era de GENTE empezó a hablar mal de mi revista con Marco, quien, sonrojado (entiendo que no por el tema sino por mi presencia) me pasó la pregunta de taquito. Yo, por supuesto, metí gol de palomita y el impertinente crítico llenó su boquita de comida hasta que desapareció en medio de la multitud antes de que llegara el postre. Es que en medio del océano es difícil decir: "Trágame tierra".
Unos meses después, los directores de medios recibimos dos invitaciones al Palacio Torre Tagle, para reunirnos con el Canciller Trazegnies (ministro de Relaciones Exteriores, porsiaca). En una de las reuniones me encontré con Zileri papá, a cuyo costado me senté, y en otra reunión me encontré con Zileri hijo, a cuyo costado también me senté. Aclaro que yo me senté, en las dos ocasiones, primero que ellos. O sea, algo parecido a lo del buque. De lo que más me percaté en las reuniones fue de la mueca zileriana de "buenas cancillersito lindo, porsiaca acá estoy, a pesar de que lo critico en mi revista. A ver si me da algunos publis como me los dan los de Sunat y la Marina. A ellos los critico menos que a usted". Bueno, el ambiente era propicio para los diplomáticos. De esto se habrán olvidado supongo que debido a que, al salir de la reunión en la que vi a Zileri hijo, anuncié a viva voz (y sin mala intención, sólo para no caerle mal) que podría salir elegido "Cuerazo del Año". Tal vez se molestó por eso (o porque perdió el título ante Gian Piero Díaz). Con esa familia no se sabe.
Compartiendo información
Enrique Zileri (el papá), cuya edad ha sido tema de recientes editoriales, no muy a su gusto entiendo, se sorprendió hace un par de meses cuando vio entrar a toda mi familia al Restaurante Costa Verde en compañía del ex presidente ecuatoriano, Jamil Mahuad. El "cocho" Zileri compartía la mesa con el joven Chicho Mohme, de La República, con quien mantiene una gran amistad. Seguramente, la semana pasada hubo una reunión similar para compartir el error del nombre del ministro que apareció, sintomáticamente, en ambos medios. Descubrimos, al verlos en el Costa Verde, que ellos podrían ser calificados como periodistas "gastrotránsfugas", por estar comiendo en el restaurante del ex candidato al Congreso por Perú 2000, Raúl Modenesi. ¿Traición o canje? En todo caso, provecho. Lo que no podría confirmar es si ellos preparaban el desmontado montaje de la "tortura" de Fabián Salazar. Eso parecía si prestábamos atención a su concentración al cortar la carne. Espero que Hugo Guerra de El Comercio no se desvele por este "humor negro" que no utilizaría si no se hubiera desmoronado todo el pésimo armatoste de esa "tortura" preelectoral tan oportuna (ver carta de mi viejo en esta edición al "democrático" y "objetivo" Hugo Guerra, después de este artículo).
Recomendamos una vez más a nuestros colegas de Caretas leer, aunque sea una vez, los artículos que publican antes de que entren a imprenta. Así se evitarían tener que estar rectificando sus informaciones con tanta frecuencia. Tan sencillo que es.
Una cosita que me olvidaba, el cargo de Marco Zileri no es el de Jefe de Arte, sino de Jefe de Edición. Perdón, aunque no sea ministro.
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