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Memoria del Aire
Nuevamente... triunfaron los jóvenes, imposible no emocionarse.
GENTE es una revista de jóvenes. Y, por ello, es congruente celebrar ésta que es, sin duda, una victoria de los jóvenes. De aquellas decenas de miles que, en días recientes, de modo absolutamente espontáneo, y en forma pacífica, sin rencores pero con la limpieza en los ojos y en el alma salieron a las calles, indignados, ante la ominosa situación que vivía el país, dominado por una canallocracia que había erigido el tinglado de unas elecciones que hedían por todos los costados, no sólo para los más sensibles, sino, prácticamente, para todo el mundo (nacionales y extranjeros), salvo (por cierto, es obvio) para sus directos beneficiarios.
En homenaje a esos muchachitos (bellas y bellos) que abandonaban las aulas (expuestos a que se les pongan faltas o pierdan exámenes o prácticas) y salían, las pupilas encendidas, el pecho inflamado, la mayoría de las veces sin tener dinero para almorzar, a movilizaciones que abarcaban cinco o seis horas. En homenaje a ellos es que escribo estas líneas.
Por ejemplo, el miércoles 12, cuando salieron de mi aula en San Marcos, a las 10 a.m. a una marcha hasta la Plaza San Martín, convocada para el mediodía, pero cuyo inicio fue a las 4 y su prolongación hasta las 8 de la noche, cuando habla el candidato Toledo, una vez que se disipó el misterio del conteo de la inefable ONPE.
Y por la TV (el Canal 8 que hacía impresionantes tomas, porque el 10 se esforzaba en deformar, tergiversar, prostituir las imágenes, no obstante que también "cubría" el acto) veo los rostros de mis alumnos y me pregunto cómo habrán hecho, porque estos chicos no tienen sino para su franciscano comedor de la Ciudad Universitaria; qué habrán comido, y este maldito sol que ha brillado agobiadoramente toda la tarde...
En fin, veo los carteles de Universidades como La Católica (me cuentan que los queridos chicos de ésta llegaron, ayer, martes, a las puertas de San Marcos y penetraron en su campus para invitar a los de la cuatricentenaria al mitin: paradojas, ¿verdad?). Y, asimismo, los de la Agraria (aquélla donde Fujimori ejerció primero como profesor, luego decano y asimismo Rector), los de la de Lima, la San Martín, Ingeniería, la Villarreal, también (alguien dijo, la UNIFE) y alguna otra que me olvido, amén de institutos tecnológicos. Escucho sus sanas consignas: reclaman dignidad, honradez, un verdadero futuro (para ellos y para el Perú: no el de las dádivas o limosnas a las que tan adicta es la cleptocracia que se defendía con las uñas, pero que ha tenido que ceder, que para ella es conceder el pase a la 2da vuelta).
Pero no nos engañemos: éste no ha sido el resultado real.
El se ha arrancado por la presencia de (hacía tanto que no lo veíamos) un pueblo en las calles. Encabezado por lo más sano que ´wl siempre tiene: ¡sus jóvenes!
¿Rebeldes? Sí, pero rebeldes con causa. Para rechazar la manipulación, el sórdido negociado con la comunicación, a la que encadenan cuando quieren. Para que, por fin, cesen los esperpentos que medran en los medios y que pretenden presentarnos, como paradigmas, la indignidad, el desamor, la desvergüenza.
Oigo cantar el entrañable Himno de la Patria. Y me molesta no estar en la Plaza de Armas de Arequipa, en la de Iquitos, en la del Perú entero: una artera traqueobronquitis me mandó, con 38° de fiebre, al retiro. Por eso he tenido que acudir a los medios: una radio y un canal de TV. Sólo uno. Para estar informado. Y poder comentar.
Ya, hace más de un siglo, un autor siempre joven, el prócer y poeta cubano José Martí escribió: "los derechos se toman, no se piden. Se arrancan, no se mendigan".
Y esto es lo que ha pasado en el Perú en abril del 2000.
Es decir, habrá 2da. vuelta, pero, de ninguna manera por obra y gracia del Espíritu Santo, sino por la presencia masiva de miles y miles de jóvenes, mujeres, hombres, trabajadores, obreros.
Muchas gracias, jóvenes. Con ustedes la patria está asegurada.
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