Son varios los emails que recibo cada semana comentando esta columna. Respondo todos. Pero hasta ahora no había publicado ninguno. Hace unos días respondí uno que puede significar una explicación sobre mis intenciones para muchos lectores. He recortado los párrafos personales y lo he vuelto más general. Pero aquí va, casi completo (entre comillas y en negrita van los extractos del email que me envió Wilfredo):

Estimado Wilfredo: Tus apreciaciones sobre mi persona se basan en tu interpretación de lo que escribo, lo cual me parece bastante osado de tu parte. Tal vez sea bueno que sólo hagas comentarios sobre mis escritos y no sobre mi persona, ya que no me conoces. Aún así, trataré de ser lo más explícito al contestar tu email, con la mayor sinceridad que puedo ofrecerte.

Wilfredo escribió: "Noto cierto afan "malditista" en tu discurso, me pareces de esos muchachos que juegan a ser los malos porque no soportan la ignominiosa realidad de ser buenos ante sus padres y/o superiores, algo así como un subte del Recoleta, absurdos por origen, ilógicos por naturaleza (esa medallita del Antichrist Superstar y la negación con la banda negra... vamos hombre, sé original, si haces eso no aparezcas luego en una fotografía junto a Mahuad y tu señor padre), esa doble función te otorga lamentable e inevitablemente el término 'palomilla de ventana'.".

RESPUESTA: Mi personalidad se manifiesta de muchas maneras. Soy un millón de cosas, pero nadie sabe realmente quién soy, ya eso lo he explicado en ediciones anteriores. Todo el mundo es así, la diferencia es que muy pocos lo muestran, la mayoría se teme a sí mismo y oculta sus personalidades múltiples. Yo no. Que yo aprezca en actos sociales que el trabajo demanda no implica que yo actúe diferente a como pienso. GENTE es una entidad independiente de mí. Mi opinión no es la de GENTE y la opinión de GENTE no es la mía, eso lo aclaré en mis primeras entregas de El Quinto Pie del Gato. También he dicho que yo no soy ni malo ni bueno, porque esos términos son categorías subjetivas que cambian. Lo único que quiero lograr es despertar en mis lectores la necesidad de liberar sus mentes y pensar por sí mismos. No pretendo en ningún momento que sean ni buenos ni malos. Lo de la medallita es un grato recuerdo del concierto de Marilyn Manson al que fui el año pasado, la uso casi todos los días y no sólo para la foto. El símbolo me gusta mucho, se llama "SHOCK" y describe muy bien mi forma de vivir y mis escritos. El cintillo en los ojos no es negación, es un recurso que se utiliza en los medios de prensa cuando alguien es inocente y no se le quiere involucrar en una denuncia aunque aparezca en una foto comprometedora. Es ironía y no simbolismo.

Wilfredo escribió: "Tus artículos son demasiado hepáticos, no apelas al raciocinio aunque pretendes basarte en tu-muy-particular-forma-de-ver-las-cosas, en otras palabras y sin ofender 'eres la cagada, no fallas nunca', es decir, tratas de justificar tu intolerancia enfundiéndola de criterio común y atacas a los demás de ignorantes, plebeyos, escasos y demas etc. No, my dear, mantente alejado, sé un observador y verás como tus textos se volverán interesantes y hasta simpáticos".

RESPUESTA: Mis análisis de la realidad que me rodea son mi punto de vista, no sentencias. Mi método es el de razonar sin complicar a nadie y con sentimiento. Muchos se sienten identificados, otros no. Depende de qué capacidad tenga cada uno para combinar los dos hemisferios del cerebro, capacidad normalmente negada a los hombres porque es propia de la fisonomía femenina. Sólo algunos hombres pueden desarrollar una virtual capacidad de conjugación de hemisferios cerebrales, esos son los artistas y algunos religiosos auténticos. Muchos de los hombres que no llegan a manejar bien esta combinación de hemisferios cerebrales confunden los límites y se vuelven homosexuales, lo cual nunca he condenado, por si acaso. Si te parezco intolerante es porque no entro en vainas con la hipocresía y la mentira. Soy directo y claro en mis pensamientos. Sobre atacar a los demás con esos términos que mencionas, tendría que revisar mis escritos para ver si es cierto. He explicado sí la diferencia entre incultura e ignorancia, recuerdo bien. Creo nunca haber utilizado el término 'plebeyos'. Escasos, tal vez, pero en un contexto en que el que creyera que esa gente no era escasa es un escaso. Mis artículos son interesantes para muchos, para otros son una mierda sin sentido. Esa gente me lee porque le gusta criticarme, pero por lo menos los hago pensar. Además, hay una frase muy real y que normalmente escucho en matrimonios "uno no puede complacer a todo el mundo por igual". No soy la cagada, pero a veces me siento la cagada, ese es mi derecho. Pero que nunca fallo, eso es falso, fallo a cada rato, aunque me cueste reconocerlo, como a cualquiera que se siente la cagada...

Wilfredo escribió: "Ese falso aire 'open mind' se estrella ante el muro de tu prejuicio y 'radicalidad de seminarista', por otro lado al ser tú el dueño de tu espacio de difusión, no cometes reparos en señalar a todo lo que está en contra tuya. El resultado: un fascismo elaborado en vinifán".

RESPUESTA: Yo no soy "open mind" (mente abierta para mis lectores que no manyan 'inglich'). Soy yo. Y tú eres tú. ¿Le caes bien a todo el mundo? Tal vez sí. Yo no, y eso me hace sentir vivo. Si mi "open mind" system es falso, a tu juicio, y te parece que se estrella contra (no ante) el muro de mi prejuicio y "radicalidad de seminarista", prefiero ese sistema que el de prostituirme a la realidad que me venden. ¿Cuáles son mis prejuicios? Lístamelos por favor para entender lo que quieres decir. Que yo sea dueño de mi espacio de difusión me da derecho a decir lo que pienso. Así como tú eres dueño de tu casa y ahí tú mandas, igual es en mi columna y en los artículos que firmo (porque son los únicos lugares de la revista en los que mi opinión está plasmada). Y muchas veces lo que escribo no es para otros, es para avergonzarme y desahuevarme a mí mismo. Pero no tienes cómo darte cuenta de eso a menos que a mí me dé la gana de decirlo.

Wilfredo escribió: "La frase: busca el quinto pie del gato... y bla,bla,bla no dice nada, pues la vida que planteas ver en tu columna sólo es percibida desde y para ti, todo lo demás es ajeno. El resultado, buen José Enrique, un egocentrismo excesivo".

RESPUESTA: No soy egocéntrico, soy egoísta. Y he aprendido a ser así luego de 15 años de religiosidad, en los que me olvidé de mí y viví de los inventos de grupos de poder que se escudan en su dios para reinar en la Tierra. Ahora soy yo antes que nada, y eso es un egoísmo sano que me permite desarrollarme como ser posthumano (ver mi columna del 29 de marzo), porque no me interesa sólo ser humano. Me despreciaría si mi meta fuese ser humano. Mientras más humano veo a alguien, menos quiero ser como él. Y si la frase que pongo al final de mi columna no te dice nada, es porque no fue escrita para ti o porque no la sabes leer. A otros sí les dice mucho. A mí me dice mucho y eso es lo que cuenta para mí, el autor.

Como ves, Wilfredo, valoro mucho tu opinión. Tanto que te contesto al detalle y la publico. Pero de ahí a creer que tienes la razón, eso ya es mucho. No me conoces y me juzgas por una colección de artículos. Uno no es lo que escribe, uno escribe lo que quiere que los demás sepan de uno. Tú me ves como yo quiero que me veas. Al leer mis artículos estás siendo hipnotizado y movido por la fuerza de mi voluntad, por eso no puedes apartar los ojos de las letras y siempre quieres terminar de leer lo que escribo, como esta respuesta.

Sigue leyéndome. Lo que escribo está ahí para que te mires a ti mismo, no para que me mires a mí. Voltea los ojos cuando me leas. Aunque te duela, como a mí me duele al escribirlo.

Hasta la próxima. Y busca siempre "El quinto pie del gato", es bueno ver la vida desde adentro...