Ella misma se autoproclama como huraña e individualista, factores que, por lógica, conllevarían a ser marginada de cualquier elección, más aún cuando no ha realizado ninguna campaña proselitista en forma abierta y contundente. Es más, ni siquiera sale de su casa pues de lunes a viernes como presidenta del Parlamento Peruano, la agenda de actividades de la doctora Martha Hildebrandt siempre está sumamente ocupada, pero se da un buen tiempo para estar al frente del Fondo Editorial del legislativo, desde donde ha publicado infinidad de obras, alimentando la cultura en el país. Entonces ¿y cómo lo hace, donde está el negocio? ¿Cuál es realmente ese secreto tan celosamente guardado por la reelecta congresista, para ganar adeptos sin necesidad de buscar a los medios de comunicación o salir a las calles en cuanto mitin pueda figurar? GENTE conversó con ella y tuvo la oportunidad de descubrirlo para usted.
octora Hildebrandt ¿cuáles son sus principales actividades en el Congreso respecto a la difusión de la cultura en el país?
En el Congreso tenemos conferencias dadas por personas de primer nivel en el Perú y en el extranjero, tenemos la publicación de libros. Ya hemos publicado más de 30. También organizamos certámenes de todo tipo que son más que conferencias.
¿Cuál es la principal obra que han publicado?
Yo creo que habría que hacer mucho hincapié con la Constitución en quechua, de la cual se han publicado cinco mil ejemplares que se han agotado y estamos en una segunda edición de cinco mil. Es muy importante que se edite la Constitución en quechua, que es la primera lengua aborigen en cuanto al número de hablantes. Después hemos reeditado el sistema de medidas mundial aprobado por el Perú. Sin embargo muy poca gente lo conoce. También estamos en el volumen número cuatro de "El Perú en los Albores del siglo XXI", que reúne los textos de las conferencias publicadas en cada legislatura en el Congreso. Después de eso tenemos obras históricas importantísimas como las de Pablo Macera, sobre la economía del Perú en el siglo XIX, a través de los documentos parlamentarios y Macera acaba de publicar ahora un libro completamente original que se llama "Nueva Crónica del Perú en el Siglo XX" que parafrasea la obra de Huamán Poma de Ayala, pero se refiere a problemas actuales de nuestro país.
Tengo entendido que también han publicado textos sobre la Santa Inquisición... Esto se debe no a que tengamos una especial predilección por el tema, sino a que en realidad el Fondo Editorial del Congreso se inició un poco casualmente con motivo de la restauración del Museo de la Inquisición.
¿Cuándo se inició esa restauración?
Eso fue hace tres años. Cuando yo era segunda vicepresidenta del Congreso, se me encargó todo lo que fuera cultural. Lo primero fue la restauración del Museo de la Inquisición y, al terminar la restauración del primer piso, me pareció como una cosa conmemorativa, editar los anales de la Inquisición de Palma en edición facsimilar. A raíz de eso me enteré de que el director del Museo tenía una obra sólida y seria de más de 500 páginas sobre la historia de la Inquisición en Lima y la publicamos.
¿Y para la siguiente legislatura, a partir del 28 de julio próximo, qué es lo que ha pensado poner en práctica como congresista reeelecta? (De pronto un gesto de desaprobación) ¿Reelecta? No, todavía no se sabe. Todavía no hemos sido oficialmente...
Pero extraoficialmente hay un 99.99 por ciento que da cuenta de su reelección.
(Condescendiente) Bueno...
Hablemos sobre su obra literaria...
(Imperativa) Nada de literaria ah... yo no soy literata. Yo soy lingüista.
De acuerdo, a su obra lingüística. ¿En qué se ha basado, desde cuándo se inicia?
(En su ambiente) Bueno, de toda la vida. Yo he estudiado Lingüística Descriptiva, después de doctorarme aquí en Lengua Castellana y Literatura Castellana. Entonces, llevo muchos años dedicada a esto y el último libro que he publicado por cierto no en el Fondo Editorial del Congreso, trata sobre peruanismos. Lo reedité con la Editorial Campodónico y a mi costo personal. Esta vez me ha editado Peisa "El Habla culta o lo que debiera serlo". Yo podré publicarle a todos los demás, menos mis libros.
¿Qué significa la Lingüística para usted?
La lingüística, para mí, es la carrera que llena toda mi vida. A pesar de que tengo una tarea muy recargada en el Congreso, el doble desde que soy presidenta, mis sábados y domingos los dedico a la investigación lingüística aquí en mi casa con mis libros y de allí han salido esos 151 artículos que componen el último libro publicado que salen de haber tomado nota de errores de lenguaje que comete la gente culta, es decir, quienes tienen educación superior.
Tiene pensado realizar alguna otra obra?
(Con orgullo) Sí, en este momento estoy dedicada ya inmediatamente, para no perder la viada, (viada es un peruanismo) estoy dedicada a la tercera edición de mi libro que se llama "La Lengua de Bolívar I Léxico". Estoy revisándolo, actualizándolo, porque yo soy maniáticamente cuidadosa. Estoy ya en el cuarto capítulo de diez que tiene y lo voy a publicar inmediatamente. Es una carrera contra el tiempo.
¿Cómo hace para compatibilizar su actividad política tan intensa y su actividad lingüística?
(Conciliadora) Como ya le he dicho, no salgo a ninguna parte y me paso los sábados y domingos en arresto domiciliario con mis libros. Y eso, para mí, es el mayor privilegio, el mayor premio. Por ejemplo, para la campaña no he salido a ninguna parte, ni siquiera a Barranco, ni a Larco Mar.
En todo caso se ha mencionado su nombre.
(Muy sincera) Bueno he salido en algunas entrevistas de televisión, pero yo no he hecho campaña en el sentido de salir a buscar votos fuera de mi casa.
Pero el electorado la ha buscado, pues caramba, discúlpeme usted, pero en lo que concierne a votos preferenciales, hemos visto que tiene buen número y sin hacer campaña. ¿Cuál es el secreto?
(Mandándose la parte) Creo que cuando una intelectual tiene ya un nombre y tiene una obra, su mejor campaña la hace esta obra, ¿no?
Puede ser, pero usted me está hablando de un electorado selecto que lee sus obras, pero a mi juicio usted ha sabido cautivar a un electorado bastante fuerte que son entre 40 a 44 mil votos que en su anterior elección la obtuvo y que ahora se mantiene ¿no?
(Con voz compungida) En el anterior proceso tuve 44,400 votos. Mi número era el cuatro, por eso digo que el cuatro es mi número de suerte. En realidad no se cuántos votos tendré al final de recuento.
Usted está entre 40 a 45 mil como le repito, según todo tipo de encuestadoras...
(Soñando despierta) ¿Otra vez 44 mil?
De repente un poco más o menos.
(Muy seria) Eso sería muy curioso ¿no?
Sí, pero en lo que quería insistir era en que el electorado de repente está prácticamente mimetizado con su obra lingüística y también por su actividad política.
(Frunciendo el ceño) La actividad política la tomo con mucha seriedad como todo lo que hago en la vida. Le dedico de lunes a viernes todas las horas que tengo con muy pocas de sueño, pero en mi propio estilo.
Discúlpeme doctora, pero quiero insistir en lo que significa cuál es su secreto para salir elegida nuevamente y sin hacer campaña.
(No da opción) No tengo ninguno, absolutamente ninguno.
No lo creo, porque a usted no se le ha visto en ninguna campaña política, en mítines. No se le ha visto como a otros candidatos y esto lo digo con mucho respeto, buscando la televisión, los periódicos, la radio, insistiendo o pidiendo que no se olviden de su numerito, situación que se ha observado en muchos candidatos?
(A la defensiva). Están en su derecho ¿no?
Por supuesto que sí. Pero a la doctora Hildebrandt no se le ha visto en ningún espacio...
No sé, yo tengo una costumbre que nunca antes la he dicho.
¿Cuál es?
(Primer paso a su secreto). Se trata de absolver las consultas que me hace la gente sobre problemas de lenguaje y en eso nunca me escondo ni escatimo mi tiempo porque me parece que eso es un deber. A mí me llama muchísima gente, a veces cuando estoy ocupadísima para preguntarme cómo se escribe esta palabra o por qué no se debe decir así.
¿Así en pequeños detalles?
(Segundo paso). Sí, me llaman incluso madres que le están haciendo la tarea a sus hijos.
No le puedo creer.
(Enfática) Es más, yo jamás he querido cerrar esa línea telefónica. Hay personas que me dicen "¿por qué atiendes esas llamadas que te quitan tiempo, que te interrumpen en tu trabajo?", y yo siempre he pensado porque precisamente no salgo a hacer campaña no me debo negar a colaborar con la gente que averigua mi número telefónico que por cierto no es secreto y me llaman para resolver un problema muy concreto una duda sobre lenguaje. Incluso hay algunas personas me llaman cuando están jugando cartas y tienen una apuesta. Y me llaman para dirimir una apuesta.
¿Ah, sí?
(Falta poco). Por ejemplo dicen que yo he apostado que se dice así y fulano dice que se dice así.
¿Y usted no se enfada?
(Ya entró en confianza). No, me da risa, me encanta que me tomen como árbitro, aunque a veces implique incluso que yo vaya a consultar un libro porque no tengo la sabiduría lingüística en la cabeza. Digo, "un momentito, voy a consultar al diccionario" y, bueno, efectivamente tal persona tiene la razón y la otra no la tiene, y me aceptan ese papel de juez, por supuesto sin ninguna parcialidad y me gusta, como yo no soy una persona que sale a la calle. Soy un poco centrada en mí misma, huraña, no busco a la gente, estoy con mis libros y digo, "caramba, si alguna vez me llaman o muchas veces me llaman, no puedo decir que no". (Sonríe) Allí tengo un contacto telefónico con el público y de una manera muy concreta, a través de las dudas que tienen muchas personas sobre lenguaje.
De repente allí está su secreto doctora y lo que corresponde a su efecto multiplicador.
(No lo acepta) No sé.
Bueno, por mi parte le digo ahora que estoy analizando esa parte inédita de su vida...
Realmente es una gran sorpresa para mí y supongo que ahora para mucha gente.
Tengo entendido que un buen número de mujeres peruanas quieren identificarse con usted.
(Con entereza). Me he creado la imagen de mujer fuerte que tiene el valor de expresar sus opiniones, así me haya causado contratiempos y tiene el valor de ser fiel.
Quiero insistir por enésima vez en el detalle que me ha confiado en eso de recibir llamadas telefónicas y absolverlas...
(Estamos cerca) Lo considero un mínimo deber que asumo con mucha responsabilidad y eso del efecto multiplicador, bueno podría ser...
Doctora discúlpeme, pero caramba, ya le descubrí su secreto doctora. Usted ha triunfado en su reelección por el efecto multiplicador derivadas de las llamadas de su ocasionales alumnos ¿no?
(¡Bingo!). ¿Si?, bueno.
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