Este 9 de abril, tu voto decide...
Elecciones con Transparencia
¿Quién observa a los observadores?
En las últimas semanas, el Perú se ha convertido en centro neurálgico del objetivo de una verdadera avalancha de organizaciones extranjeras, que en varios casos fungen de observadores de procesos electorales para entrometerse directa o indirectamente en asuntos internos de nuestra nación. De esta manera, se pasean como Pedro por su casa y dan toda clase de comentarios y hacen declaraciones periodísticas que en la mayoría de los casos se difunden en el exterior: Los representantes de la Misión Internacional del Instituto Nacional Demócrata para asuntos internacionales (NDI) y del Centro Carter; la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) con el retorno de Bianca Jagger, quien parece le ha agarrado el gustito a nuestro país y la Misión de Observadores de la OEA.
Asimismo, tenemos los pronunciamientos de Transparencia que no le corresponden y que demuestran una peligrosa politización, el reporte de Rebeca Cox de Electoral Reform International Service, Foro Democrático, IDL, y ahora la posición del Departamento de Estado y los senadores gringos que en algunos casos ni conocen nuestro país pero que indudablemente deben estar influenciados por lobbies que empezaron a manejarse desde hace algún tiempo por Baruch Ivcher y quienes muy mondos y lirondos precisan que las próximas elecciones están viciadas por completo y que no merecen ni el más mínimo respeto porque según ellos su legitimidad está impugnada. ¿?
Entonces, en este estado de cosas si al proceso electoral ya ha sido estigmatizado con la vara de la ilegitimidad, entonces, ¿para qué diantres se lleva a cabo la contienda electoral? ¿Acaso no estamos perdiendo tiempo en un acto electoral que ya no tiene sentido, por el solo hecho de que los santos apóstoles del conglomerado de observadores extranjeros ya nos sentenciaron a cadena perpetua y, lo peor, sin derecho a ráplica. Ellos entienden el lenguaje no de las sugerencias, consejos o alternativas, sino de las órdenes, sin dudas ni murmuraciones. ¡Qué democráticos! En el colmo de la desfachatez, los influyentes senadores republicanos Jesse Helms, Mike de Wine y Paul Coverdell, así como el demócrata Patrick Leahy, quienes en un proyecto de resolución presentado en su cámara advierten sobre las medidas económicas que asumiría el Congreso de los Estados Unidos "si las elecciones del 9 de abril en el Perú no se realizan en forma justa, democrática y transparente". ¿Al estilo gringo? Pues bien, esta es una directa amenaza a nuestra autonomía como gobierno democrático, que no debe ser aceptada bajo ningún punto de vista. Este es un asunto que debemos ver y resolver entre peruanos ya que no somos una colonia ni un virreinato de nadie. Respetos guardan respetos. ¿O no?
En todo caso, la caridad debe empezar por casa. Por ejemplo, fijémonos en el bochornoso escándalo que está protagonizando en estos momentos Estados Unidos en relación al niño náufrago cubano Elián González. Este caso sí reviste connotaciones políticas internacionales de gran magnitud, pues además de un asunto de familia que ha sido politizado y en el que a los cubanos en Miami les importa un comino la ley americana, lo declarado por el propio presidente Clinton y las principales autoridades judiciales y migratorias de Estados Unidos. Allá también se usa este caso electoralmente y de allí que hasta Gore ha salido en contra de la ley para no perder el voto cubano de Miami. Que se ocupen de arreglar sus propios problemas en lugar de estar tratando de manejar los nuestros. El gobierno peruano, con el mismo derecho que se da el estadounidense, debería "mostrar su preocupación" por escrito, emitiendo un comunicado en el que mencione el caso Elián González, la pena de muerte existente en ese país, la inseguridad ciudadana en las grandes metrópolis y, muy especialmente, la extraña democracia "gringa" en la que sólo el 35% de la población electoral acude a las urnas en sus elecciones. Si ellos se meten en nuestros asuntos internos, tenemos el mismo derecho de hacerlo en los suyos.
Mientras sus organizaciones de observadores concentran sus baterías contra el Perú, no tocan el tema del tercer postulante a la Casa Blanca. Se trata de Lyndon LaRouche por la precandidatura presidencial del Partido Demácrata de los Estados Unidos. Al respecto, en el periódico "Solidaridad Iberoamericana" se denuncia que "los esfuerzos de la élite política de los Estados Unidos por obstruir su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, esfuerzos que han hecho del proceso electoral una burla de los criterios internacionalmente reconocidos para realizar elecciones libres y justas en una democracia". La misma publicación agrega: En otro ejemplo de cómo manipulan las elecciones los órganos noticiosos sencillamente han optado por excluirlo sin explicación alguna, aun teniendo en cuenta que su nombre figura en la boleta electoral".
Pues bien, esto es lo que está sucediendo en Estados Unidos, y al respecto ¿dónde están los defensores de la democracia internacional, los famosos abnegados observadores internacionales?, ¿por qué no intervienen en su propia casa? Nuestra embajada en Washington debía hacer una conferencia de prensa para preguntar: ¿qué pasa con las elecciones gringas?
¿Y por qué los peruanos no mandamos observadores nuestros allá? Sería interesante ver cuál sería la reacción? Pues bien, retomando el caso peruano, parte de la oposición basada en las famosas "sugerencias" de los observadores sustenta la propuesta de que el fraude electoral ya está en ciernes. Es decir, si gana Fujimori, no será por el voto popular sino porque el fraude electoral está consumado.
Faltando escasos cuatro días para el acto electoral, la voluntad popular está sin lugar a dudas tremendamente polarizada a nivel nacional. La pelea frontal es entre "el chino" y "el cholo", quienes, como señalamos en la edición anterior, han ingresado ya a una suerte de muerte súbita, donde está prohibido fallar.
A Toledo se le escapó (por decirlo así) la amenaza de desactivar el Pronaa a mediano plazo. En su fiesta de onomástico en un conocido restaurante folclórico se destapó en toda su extensión, pues micrófono en una mano y un trago en el otro hizo su show. Es cierto que este hoy popular Toledo no es el mismo que postuló hace cinco años. Muchas cosas y situaciones han cambiado. Por ejemplo, sus gestos y su voz ya no son impersonales y por el contrario, estrena una nueva forma de acercamiento popular, utilizando la replana en muchas oportunidades. Su esposa ha ayudado mucho. él insiste que va a ganar las elecciones del 9 de abril, lo cual no es malo, por el contrario, esa determinación lo enaltece, pero en su caso, él comete el mismo error de los candidatos que cayeron en las encuestas, a pesar de haber ocupado primeros puestos hace unos meses: ya se siente presidente de la República.
También creemos que es un error el comparar la subida de Toledo hasta convertirse en la actualidad en el principal candidato de oposición al caso Fujimori del 90. Son casos muy distintos y hay que ver cada uno de ellos dentro de su contexto muy particular.
Lo de Fujimori fue una verdadera explosión que descomputó a muchos y en especial a Mario Vargas Llosa, quien se sentía seguro y que hab’a hecho una campaña multimillonaria. Toledo hasta hace un mes estaba con un muy bajo porcentaje en los sondeos de opinión, a tal extremo que Castañeda y Andrade lo basurearon cuando fue la reunión para tratar de lograr una lista de consenso. Pero allí, de repente, coincidiendo con su aparición en la carátula de GENTE y en páginas interiores al lado de su inteligente, guapa y carismática mujer, empieza a crecer rápidamente. Así siguió hasta convertirse en la principal figura de la oposición pero no logró hacer mella en los grupos C, D y E, fuerzas que siguen manteniéndose fieles al chino Fujimori, quien había permanecido con un perfil bajo como candidato pero que seguía visitando todo el país como presidente. En este último tramo se puso las pilas y, despojándose de su banda presidencial, abordó su "chinomóvil" y acompañado de Franciso Tudela, Pablo Macera, y Absalón Vásquez Villanueva, entre otros, se lanzó a las calles de Lima y sus distritos más populosos, con el fin de recuperar terreno, tomar la iniciativa y entrar a la batalla de las manifestaciones. En un principio no consiguió el resultado esperado, hasta que llegó el encuentro en Carabayllo, en donde fue recibido por una multitudinaria manifestación de pobladores que se congregaron para vitorear a su candidato. Lo mismo pasó con gran alegría y optimismo en San Juan de Lurigancho. También se fue de gira a provincias con buenos resultados. De regreso a Lima se destapó y empleando un verbo más contundente defiende su gobierno y se proyecta en una serie de ofrecimientos, a los que califica de continuación de lo que ya está hecho. Sus presentaciones en RPP y la entrevista de este último domingo en "Panorama" también le sirvieron para profundizar y aclarar una serie de cosas que le venían haciendo mella.
En las manifestaciones públicas de Toledo ya más de una vez se ha dejado escuchar: "El chino murió, el cholo lo mató" en medio de las risas de sus adherentes. Cosas como estas resultan generalmente armas de doble filo. Mientras tanto, las manifestaciones de adherencia popular a favor de Fujimori, no significan nada para los observadores ni para los candidatos de la oposición. En la recta final le niegan la m’nima posibilidad de triunfo al ingeniero Fujimori y dicen reiteradamente que Fujimori sólo podrá ganar con fraude. El jefe de la misión de observadores de la OEA, Eduardo Stein en un principio advirtió que no descarta la posibilidad de descalificar el proceso electoral por falta de garantías y transparencia. Sin embargo, el domingo œltimo dijo "que es prácticamente imposible el fraude electrónico" al manifestar que las pruebas realizadas por peritos norteamericanos han comprobado la eficiencia del proceso de cómputo.
Entonces, ¿dónde está el fraude?, ¿en qué quedamos? Finalmente, la última palabra como siempre la tendrá el electorado, quienes definirpán al triunfador el domingo próximo en primera vuelta y en caso de no obtener el porcentaje requerido se iría a una segunda vuelta. Donde la cosa está aún más difícil es en el Parlamento y será muy improbable que aun ganando Fujimori en primera vuelta logre una mayoría para el nuevo Congreso. Ahora lo más importante es que todos meditemos bien nuestros votos y que existan personeros en todas las mesas que están con los ojos bien abiertos y ojalá que trabajen bien como observadores la Defensoría del Pueblo, el Consejo por la Paz y la OEA, ya que del resto no nos podemos ni debemos confiar. Desgraciadamente en esta oportunidad los de Transparencia se han politizado.
LA OBJETIVIDAD DEL DECANO
Una nueva denuncia remece el ámbito político nacional. El diario El Comercio ha señalado que el movimiento independiente Vamos Vecino (conformante de la alianza electoral Perú 2000) también habría incurrido en falsificación de firmas para inscribirse ante el Jurado Nacional de Elecciones para los últimos comicios municipales. Aquí han involucrado directamente al ingeniero Absalón Vásquez Villanueva, sindicándolo como el motor de estos actos, merced a las expresiones de un individuo que lanza esa denuncia sin prueba alguna. Lo real es que en esa oportunidad, Vamos Vecino, perdió la alcaldía de Lima pero consiguió una gran cantidad de municipios distritales a nivel nacional con un número de votos muy superior a los que supuestamente falsificaron. Esto demuestra a las claras que no es dable que si fueron medio millón de firmas las falsificadas, cómo se entiende que hayan logrado obtener más votos que los presuntamente falsificados. En ese sentido Vamos Vecino no tenía necesidad alguna de cometer este tipo de fechorías.
Lo curioso y sospechoso resulta de que esta denuncia no va a significar nada en lo que se refiere a evitar su participación en la contienda electoral del 9 de abril. Pero sí causa mortificación y malestar al interior de los grupos que conforman la alianza electoral Perú 2000.
En todo caso, es necesario que se investigue exhaustivamente esta denuncia y la otra que está en el Poder Judicial, relacionada al millón de firmas y se sancione con todo el peso de la ley a los responsables, caiga quien caiga.