Milagros Inesperados
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Esta historia, situada en 1935, llena de ternura, dolor y misticismo es el marco ideal para presentar una dura crítica al sistema judicial de Estados Unidos.
Un tanto predecible por momentos, la trama es impresionante en cuanto a la capacidad de involucrar al espectador en los sentimientos de los actores. Gran trabajo de Tom Hanks, pero la verdad es que su actuación queda en segundo lugar ante la magistral interpretación del moreno Michael Clarke Duncan (Bear en Armageddon) quien, a pesar de medir casi dos metros y medio de alto por uno y medio de ancho, expresa una ternura inigualable, casi como si uno estuviera ante un niñito de nido. A este negro yo le daría el Iscar al cual está nominado por Mejor Actor Secundario. Muy buen trabajo, MUY BUENO.
La injusticia racial es fuertemente criticada en este filme. El negro es analfabeto, simplón y sin gran capacidad de expresarse verbalmente. Un presunto crimen lo pone en la situación que grafica la película, condenado a la silla eléctrica. Pero todo no es más que un grave error. Tom Hanks es el guardia encargado de supervisar a los condenados, un hombre recto, que cumple con su deber con gran realismo y pocas ilusiones de que los jueces entenderán razones luego de haber juzgado a un reo.
Como siempre, aparecen las intrigas propias de un lugar en donde cohabitan más de dos personas. Los intereses, las mafias, las recomendaciones, el mariconcito que abusa de sus influencias y que tiene un gustito enfermizo por la sangre y el abuso, en fin, todos los integrantes de un grupo humano que pueda ser "admirado" por la enferma sociedad humana.
No le falta el toque cómico, que hace que uno relaje un poco los nervios ante la tensión de presenciar ejecuciones espectaculares en la silla eléctrica "Chispitas".
El final es un poco tirado de los pelos, pero de alguna forma se ha tenido que presentar la historia central.
Me sería muy difícil saber si se merece el îscar a Mejor Película, ya que la competencia está brava. Entre las que he visto, se lo daría a Milagros Inesperados o a Sexto Sentido. Lo que sí, no se lo den a Belleza Americana, por favor. Perdería mi poca fe en la Academia.
Y cuando me veas por el cine, no me tengas miedo. Soy tu amigable vecino, CINEMAN
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