BELLEZA AMERICANA
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La sociedad estadounidense recibe de sus cineastas las más duras críticas de cuando en cuando. Esta es de las películas que sólo podríamos entender y apreciar si fuéramos víctimas de la lucha por lograr "el sueño americano". Los logros materiales nunca satisfacen a los que siempre creen que necesitan o pueden tener más, es el mensaje directo y crudo de esta, por momentos aburrida, película a la que le han dado (definitivamente) más bola de la que se merece. Con 8 nominaciones al Oscar, esta película es de las que al común de los mortales lo pueden llevar a pensar una de dos cosas: "esta película es una porquería" o "qué tal peliculón". Los culpables de provocar estos extremos son varios. En primer lugar, productores muy idealistas, que creen que su mensaje va a ser comprendido por todos. Esto es un pecado...Nunca pienses que el resto va a pensar como tú. En segundo lugar, los traductores que deberían dejar el trago y dedicarse a las drogas a ver si entienden las sutilezas y no simplemente traducen lo que ellos creen que quieren decir los diálogos. En tercer lugar, los comentarios de los críticos o de los mismos espectadores a la salida del cine. Huevadas nomás hablan y se juran los entendidos.
Belleza Americana es una película sobre gringos y para gringos. La típica de los cineastas cuestionadores es presentar situaciones extremas que llamen la atención (si no vean a Almodóvar) y nos hagan volver la mirada a un mundo que se pudre y que no se huele a sí mismo por estar acostumbrado a su mugre. Como canta Marilyn Manson en "The Beautiful People": "No puedes oler tu propia mierda que está en tus rodillas".
Belleza Americana es el cuestionamiento extremo de una sociedad que se jacta de ser abierta, pero que está sumida en una mugrosa maraña de temores y desconfianzas que son los rastros inconfundibles de la propaganda moralista sectaria del cristianismo. Y definitivamente, cualquiera que, como Ricky, el hijo del militar, encuentre belleza donde no le han enseñado que debe verla, será arrastrado a vomitar con los cuestionamientos que intenta plantear esta bien lograda sátira de una sociedad que no sabe cómo reconstruirse sin presentar lo antiguo y castrante como si fuera nuevo y liberador.
Y cuando me veas por el cine, no me tengas miedo. Soy tu amigable vecino, CINEMAN
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