Poderoso caballero Don Dinero es el que mueve el tinglado de la televisión bárbara que padecemos la que no vacila, en primer lugar, en degradar a la persona humana.
Claro que estamos en el Perú de comienzos de una nueva centuria, de un nuevo milenio, y no hay necesidad de repetir que, en esta patria (que semeja a veces a una ópera bufa) los valores humanos están francamente, devaluados, por lo menos para los que, se supone, son los responsables de que las leyes y la defensa de las mayorías se ejecuten.
Tenemos, es cierto, un defensor del Pueblo al que se maltrata aquí, acá y aculló. No se le atiende en sus reclamos, mientras los bárbaros, responsables (o meros ejecutores de los engendros) pasean, de lo más campantes, sus impunes e impúdicas figuras, igualmente devaluadas.
Mientras esto sucede, en la primera Universidad de América, en la entrañable San Marcos, sus jóvenes estudian y desmitifican los desaguisados de la sociedad donde les tocará desempeñarse.
Y nos referimos, particularmente, a la profesión más directamente vinculada a los sucesos arriba descriptos: la comunicación social.
Precisamente, en su Escuela Académico-Profesional de la especialidad, en su Facultad de Letras y Ciencias Humanas, acaba de aprobarse, con la altísima nota de 19 (que equivale a sobresaliente), una tesis para licenciatura, presentada por la muy joven bachiller, Nikita Shardin Flores, sobre El machismo... de Mónica Chang, desarrollado en su felizmente cancelado reality show (ojo que nosotros usamos el nombre cabal, pues es altamente equívoco llamarle talk show, ya que no hay, en el de la suspirante, ni en ninguno de los otros, show de la conversación alguno, sino que allí se desarrollaba la apología de la estupidez y de las cloacas humanas más infames).
Nikita, antes de desmenuzar al engendro en referencia, hizo una congruente panorámica del rol de la mujer a través de la historia, para finalizar (con abundante uso bibliográfico y videográfico) con la centralización en un reality show conducido por una mujer que, aparte de su supina ignorancia, paradéjicamente resultó, por lo delicado del análisis, como una defensora tenaz de los valores obsoletos del machismo, y en una más de las que aún coadyuvan a mantener a la mujer en su secular condición de atraso.
Al margen de la vibrante historia de la mujer, cuyo rol protagónico sólo puede ignorar una ignorante, el mencionado reality show es una caricatura de la estulticia tanto de su conductora como del establishment que la sostiene.
Por ello, el Jurado, integrado por el director de la Escuela de Comunicación de San Marcos, Lic. Guillermo Vásquez Olivares, e integrado por los licenciados Sylvia Casas, Gorki Tapia y quien firma estas líneas, no vaciló en otorgarle a la graduanda (con la altísima nota ya referida), el muy justamente ganado título profesional de Licenciada en Comunicación Social.
La tesis fue asesorada por el Lic. Fernando Parodi Gastañeta que, en su intervención (por supuesto que tuvo voz, pero no voto) destacó el hecho de que Nikita, autora de una tesis feminista, haya tenido tanta seguridad en su trabajo, que no haya vacilado en recurrir a la asesoría de un docente varón, cuando tenemos, por supuesto, catedráticas de primer nivel.
Conozco a Nikita desde su ingreso a San Marcos, hace un quinquenio. Sé de su orgulloso origen popular y, asimismo, destaco, en ella, el valor de grupos sociales emergentes que, merced a su inteligencia, talento y constancia, escalan los primeros lugares en las cimas de la intelectualidad.
GENTE, revista de jóvenes, releva el valor y el mérito de las nuevas generaciones que, sin duda, harán el nuevo Perú que tanto anhelamos.
No cabe duda que Nikita Shardin Flores, junto con muchos otros de su condición y talento, tienen en sus manos la patria del nuevo siglo.