El impacto de los medios escritos
La millonaria campaña electoral del año 90 desatada por el candidato Mario Vargas Llosa, demostró que no siempre la televisión es el medio más influyente en los electores a la hora de la verdad. hoy en día la mejor arma estratégica de toda campaña electoral, es la televisión pero esto no quiere decir que los resultados se hayan constituido en los más efectivos, tal como podemos cerciorarnos dando un vistazo a las características del proceso electoral de 1990.
En esa oportunidad, los candidatos eran los conocidísimos Mario Vargas Llosa del Fredemo, Luis Alva Castro del Apra, Alfonso Barrantes de Acuerdo Socialista y Henry Pease de Izquierda Unida, quienes se disputaban las simpatías, intensificando sus estrategias de campaña antes de los comicios generales que se realizaban en abril.
Alberto Fujimori y su Cambio 90 apenas figuraban en las encuestas, pero en la calle, su nombre y figura empezaban a crecer en fondo y forma.
Vargas Llosa y su millonario equipo de campaña concibieron que la mejor manera de llegar a los votantes era la televisión. De tal forma que durante nueve meses previos a los comicios de abril, Fredemo prácticamente bombardeó a la teleaudiencia con su propuesta de rebajar la galopante inflación de tres mil por ciento a menos del diez por ciento. El mensaje que utilizó fue el de anteponer cualquier anuncio con la frase "en mi gobierno", es decir dando por segura su llegada a Palacio de Gobierno.
De pronto, empezó a subir en las encuestas con un porcentaje mayor al de sus eventuales competidores. Cuatro meses antes de las elecciones, Vargas Llosa ya era el virtual presidente de la República.
Por su parte, Luis Alva Castro basó su campaña en directas críticas a las propuestas del Fredemo. Por ejemplo, si Vargas Llosa anunciaba que era inevitable un shock para reactivar la economía nacional, el Apra respondía con una interrogante: ¿Lo ha considerado usted?, en donde también usó la televisión como mejor aliada. Barrantes y Pease en menor medida también cayeron en las bondades de la televisión.
Es necesario hacer una mención especial al personaje Alfonso Barrantes, más conocido como "Frejolito", quien durante su administración como alcalde de Lima tenía como estribillo permanente la frase del "vaso de leche". Barrantes, precisamente basó su campaña electoral en estos términos. En tanto, la izquierda peruana prácticamente no se dejaba ver ni escuchar. Henry Pease manifestó al respecto que todo esto se deb’a a la falta de financiamiento y a la carencia de un mecenas que pudiera sufragar los gastos de campaña.
Entre tanto, Alberto Fujimori continuaba creciendo inusitadamente. Seguía con su tecnología, honradez y trabajo y nunca imaginó convertirse en el fenómeno que fue. En los mercados con las amas de casa, en los centros laborales públicos y privados, no se hablaba sino de un japonesito que era confiable, y que los del Fredemo a pesar de la catastrófica crisis económica estaban gastando mucho, demasiado dinero en su campaña, que en caso de ganar, "tendrán que recuperar lo invertido, y eso a costa del tesoro público".
El cerco se fue cerrando, Vargas Llosa y su millonario "team" se fueron oscureciendo como por arte de magia. Hasta que llegaron las ansiadas elecciones de abril y "el chino" con su Cambio 90 tocaron el cielo con las manos, al sacar su pase para una segunda vuelta electoral. Vargas Llosa y equipo se miraron asombrados. ¿Qué había fallado, si los spots publicitarios en televisión fueron un gol? ¿En qué momento se fregó el Fredemo? De repente, fue cuando decidió saturar el mercado televisivo de tal forma que el electorado se cansó de seguirle el amén a una alianza electoral, que si bien es cierto estaba comandada por un movimiento independiente como Libertad, también estaba integrada por dos partidos tradicionales que durante el 80 fracasaron rotundamente en la administración del país. Y ni qué decir del 85 al 90 cuando el Apra estuvo en el gobierno.
Pues bien, previamente a las elecciones de la segunda ronda electoral se dio el gran debate entre Vargas Llosa y Fujimori.
Fueron 150 minutos donde dos escuelas distintas, dos planes de gobierno diametralmente opuestos, se presentaron ante 22 millones de peruanos, con el fin de dirimir conceptos acerca de la realidad nacional y dejar precedente sobre su pensamiento a la hora de alcanzar la más alta magistratura de la nación.
La otra gran arma en materia de estrategia electoral son los medios impresos. Tanto los diarios como las revistas siempre han sido un elemento de persuasión tanto o más efectivo que la televisión, y como tal, numerosos candidatos a la presidencia o al Congreso lo utilizan con la esperanza de llegar con mayor impacto a la masa electoral.
Antes del debate en referencia, Fujimori presentó ante cámaras la edición del diario Ojo que ya anunciaba un knock out contra el "chinito" horas antes del debate. En su portada, el matutino colocó de titular: "Mario presidente noqueó a Fujimori en primer round".
Nuevos fueron los comentarios sobre aquel titular. Lo cierto es que está impreso, queda y tiene gran poder de difusión y persuasión y que cuando se trata de propaganda política no es siempre la TV la más efectiva. Además, se pueden conservar por tiempo imperecedero en un archivo especialmente acondicionado y puede ser utilizado cuantas veces sea necesario.
Volviendo a la segunda vuelta del 90, Fujimori triunfó con más del 50 por ciento de adherencias electorales, dejando sepultado a un frustrado Vargas Llosa.
Fujimori rompió con todos los pronósticos. Pese a los denodados esfuerzos de las compañías encuestadoras los resultados estuvieron lejos de los pronósticos más moderados.
En tiempos actuales, se han tejido una serie de maromas alrededor de que los medios televisivos de señal abierta se niegan a pasar propaganda política de los partidos de oposición. Las empresas televisivas han explicado que tienen sus razones y hay que respetarlas y no confundirla con una suerte de presión del gobierno. Tan es así que los canales, 2, 4, 5, 9, y 11, han acordado ofrecer espacios gratuitos a todos los candidatos sin discriminación alguna.
INTROMISION A LA INGLESA
Una vez más el gobierno peruano se convierte en el blanco preferido de cuanta organización no gubernamental, veedora, observadora y entrometedora se le ocurre pasear sus extranjeras humanidades por nuestros lares.
En las últimas semanas hicieron lo que les dio la gana los señores representantes de la Misión del Instituto Nacional Demócrata (NDI) y del Centro Carter y luego, la Misión de Observadores de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos. Todos, nombres rimbombantes, sinónimos de la más directa y grosera intromisión a nuestro derecho a la privacidad territorial. Sin embargo, esto no quedó allí, resulta que ahora también se ha sumado a este equipo una doctora británica, Rebecca Cox, representante del Electoral Reform International Service (ERIS), quien muy especialista ella, a pesar de que es la primera vez que visita el Perú, ha elaborado un informe sobre el desarrollo del proceso electoral en nuestro país. Las conclusiones del susodicho informe son exactamente las mismas que las de sus antecesores, salvo uno que otro punto o una coma de diferencia. En el informe de la inglesa Cox, se cuestiona la intervención del Estado "en el hostigamiento a los candidatos de oposición a través de la prensa amarilla y el control que ejerce el gobierno sobre los medios de comunicación de señal abierta".
Es decir, en una suerte de juez y parte, la doctora inglesa, que cree conocer nuestra realidad, ya juzgó y sentenció al gobierno peruano. Habla de hostigamiento y control, pero no esgrime ningún fundamento, ninguna prueba fehaciente de lo que señala muy triunfante.
Otro botón, que no podemos dejar pasar, es el referido a sus recomendaciones. En uno de sus ítems sugiere "que el gobierno financie la propaganda de todos los partidos que compiten, para ampliar la equidad". ¿Qué les parece? O sea que ahora resulta que todos los grupos pol’ticos que intervienen en las justas electorales no deben gastar un solo centavo, porque papá gobierno les va a dar todo para solventar sus gastos de campaña.
Otro aspecto en que es necesario hacer hincapió es el que se refiere al estribillo de que no pueden haber elecciones transparentes "porque no se cumplen los estándares mínimos internacionales". Es decir, otra vez con lo mismo. Al parecer en todas estas ONGs tienen los mismos profesores, que a sus alumnos los han estigmatizado de tal forma que con la rapidez de un rayo -entre 11 y 13 días, elaboran al por mayor sus "reveladores" informes.
Tal parece que la noble misión de estos inquietos observadores es muy lucrativa, pues les permite pasearse con tranquilidad por todo el mundo, metiendo sus narices donde nadie los llama. Por ejemplo, en el caso de la doctora inglesa, su informe está financiado por el Consejo Británico para la Educación Electoral. Suculentos sueldos, vióticos y gastos de representación pagados y con licencia para decir lo que les venga en gana y lo primero que se les ocurra. ¿Qué tal chambita no? Lamentamos que el gobierno hasta ahora no salga al frente de manera contundente y aclare a estos reyes de la intromisión. Por otro lado también es cierto que gente que tiene que ver con el gobierno comete errores por ser más papistas que el Papa, y sólo sirven para que estos "observadores" puedan llenarse la boca con tantas inexactitudes. nóel rostro de la derrota.
Su rostro era otro, ya no esbozaba la sonrisa triunfadora que había mostrado en horas de la mañana, cuando acudió a votar al colegio Mercedes Indacochea de Barranco.
Apenas se conocieron los resultados de las primeras proyecciones de la segunda vuelta electoral a la presidencia de la República, Mario Vargas Llosa se refugió en su casa en un mutismo absoluto. Desconcertados sus asesores que entraban y salían de su domicilio barranquino cruzaban miradas como preguntándose en qué habían fallado. La tristeza y desolación se apoderó más aún del estado anímico de sus simpatizantes, quienes acudieron hasta las inmediaciones de su domicilio con banderolas y pancartas pidiendo que no se aleje del país.
"Mario, ¿que ha pasado?", preguntaban a viva voz. Hubo quienes no pudieron contener las lágrimas. No podían aceptar la contundente derrota del escritor. Los comentarios de los hombres de prensa nacionales y extranjeros, sobre todo de los representantes de cinco canales de la televisión japonesa venidos en misión periodística, coincidían en señalar que se trataba de un fenómeno electoral. "Es que la gente ya está cansada de tantos gobernantes vinculados a políticos tradicionales" fue la opinión de uno de ellos.
En horas de la noche confundido entre el escaso número de militantes reunidos en el local central del movimiento Libertad en Magdalena del mar, el jefe de plan de gobierno del Fredemo, Luis Bustamante Belaunde, explicaría que el error fue sin duda, que el mensaje de Mario Vargas Llosa no llegó al pueblo. "No fue uno sino varios errores, el principal creo, el no haber utilizado el lenguaje apropiado para convencer a las grandes mayorías, que iban a ser los principales beneficiados".
Vargas Llosa también se hizo presente en el local central de Libertad que poco después luciría vacío. nógeorge bush gasta
400 mil dólares diarios
El fracaso de la campaña del Fredemo es un claro ejemplo, que la TV puede resultar contraproducente y para no ir muy lejos citemos uno que está sucediendo en Estados Unidos en donde el precandidato presidencial por el Partido Republicano George W. Bush gasta la friolera de más de 400 mil dólares diarios o 288 dólares por minuto, en su campaña electoral. Según el diario Washington Post el gobernador de Texas ha desembolsado ya 60 millones de dólares "sin conseguir adjudicarse la candidatura republicana". Es más, en las elecciones primarias que se realizan en cada Estado de la Unión, ya ha perdido alrededor de cuatro de un total de siete. Es decir, una archimillonaria campaña nunca da buenos resultados, especialmente si es trasmitida esencialmente por televisión.