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Dos cosas me revientan de vez en cuando al ir al cine. Yo sé que a ti también. Una, cuando llegas a la boletería y el listín del periódico decía que daban otra película o que era a otra hora. Por supuesto que en la boletería le echan la culpa al periódico y en el periódico dice que esa información es la que han recibido de los cines. Típica peloteada. La otra es el "criterio" de los "críticos" de cine que escriben en la mayoría de medios de nuestro país. Primero, no han ido a ver la película, sino que cuentan el resumen que les mandó la distribuidora o la agencia. Después, ponen sus estrellitas sin saber qué hacen. A veces comentan la misma película unas semanas después y ponen más o menos estrellas que la vez anterior. ¿Se les chispoteó? Encima, son elitistas y se alucinan los grandes críticos de cine con su floro difícil. Por eso yo me mantengo en el llano, compro mi entrada para que nadie sienta que le debo algo porque me invitó a su estreno y hablo de lo que me gustó o disgustó como espectador.
NUESTRO AMOR
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Bruce Willis + Michelle Pfeiffer = algo bueno tenía que salir. Aunque esta historia de amor se vuelve un poco aburrida por momentos, si vas con tu enamorada(o) o esposa(o), fácil que sales deseando nunca llegar a los extremos a los que llega la pareja protagonista.
Muy intensa por momentos, logra que uno reflexione y se sienta parte de la trama en algunas partes. Esta historia podría ser el típico caso de un matrimonio norteamericano, aunque el elemento perturbador son los hijos. Uno queda con la duda si es que el motivo de que esa relación siga a pesar de sus altos y bajos es el amor que hay entre ellos o el temor a hacerle daño a los chicos. En todo caso, parece que los dos motivos son importantes.
Bruce Willis está cada vez más maduro en su actuación, aunque la verdad que por momentos, el querer pegarla de churro hace que ponga carita de chavón... En cambio, Michelle es la perfección de las muecas. Es capaz de verse la mujer más sensual del mundo, luego la más fea y chorreada, al rato la más preocupada madre y al minuto siguiente la más alegre de las esposas. Maestra de la actuación.
Y cuando me veas por el cine, no me tengas miedo. Soy tu amigable vecino, CINEMAN
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