Veinte soles, ya me pagó; por fin llegamos, el mismo cuarto de siempre, ese olor a humedad..."
Se está comenzando a desvestir, ahora es mi turno de hacerlo; se está acercando, me toca, quiere que lo bese ahí... son cinco soles más. Ahora se recuesta sobre mí, su peso me asfixia, su hedor me envenena, esto es terrible, no siento nada, me repugna. Vamos, no estás aquí, estás en una gran isla rodeada de palmeras; escucho su risa blanca, sí mi pequeño, soy mamá, juega tranquilo, nada te faltará... Trato de ser feliz... ¿Feliz? ¿Qué es la felicidad? Ahora me mira, debo sonreír y mostrarme mucho más suelta; debo acariciar sus cabellos grasosos, rascar su espalda sebosa, mientras ensayo, una y otra vez, esa carcajada que aún no termina de convencerme.
Creo que ya va a terminar. ¡Por fin!; sus jadeos resultan nauseabundos, sus espasmos se aceleran, su sudor rancio cae sobre mis mejillas, quiero vomitar. Cierro los ojos, no soy yo. ¡Oh Dios!, que esto termine ya.
Nos vestimos, siento mi cuerpo pegajoso y me doy asco, y él, parece tan... saciado; esbozo una última sonrisa y un adiós, cierro la puerta, salgo a la calle hacia el punto de siempre y me detengo. La gente me mira con indiferencia, para todos soy la chica de la vida "fácil", la de la vida "alegre"... si supieran. La noche recién empieza y es tan larga. Viene gente, debo sonreír de nuevo.... Quiero huir, pero pienso en mi pequeño... un respiro... hola precioso. ¿Necesitas compañía?... ¡Cuánto?... Veinte soles... ¿Vamos?"
La prostitución, oficio de ofrecer caricias y entregar los cuerpos a cambio de beneficios económicos, existe en la humanidad desde los primeros esbozos de civilización.
El instinto natural del hombre hacia la procreación y la necesidad de alimento hicieron que las antiguas mujeres tomaran conciencia del valor de sus encantos, quienes viendo una demanda tan rentable, decidieron buscárselas ellas mismas, poniendo precio a sus favores sexuales. Al principio, esta labor, aunque nunca bien vista, no significaba riesgos mayores. Con el devenir del tiempo, se instituyó como un sistema laboral perfectamente elaborado, manejado por el proxeneta, chulo o caficho, según se le desee llamar, quien vive del porcentaje cobrado a sus "trabajadoras" por su abrigo y protección. Muchas veces golpeadas, cortadas, maltratadas e incluso asesinadas por clientes dementes, se ven obligadas a cumplir las cláusulas de este "injusto contrato". Sin embargo, las prostitutas de hoy en día, que de por sí deben rebajar su dignidad humana en procura de su supervivencia, deben asumir un riesgo mayor, jugarse diariamente la vida, al enfrentarse constantemente con una de las enfermedades más terribles que han azotado a la humanidad: el sida, convirtiéndolas en un peligro ambulante.
Trabajando con Elisa
En nuestro país, el Decreto Supremo N¼ 009- 82-IN del 31 de marzo de 1982, aprueba el reglamento de licencias especiales, estableciéndose las condiciones sanitarias necesarias requeridas, entre las que figuran la obtención del carnet sanitario.
Pese a que el Ministerio de Salud organiza constantes campañas de despistaje de VIH, llevadas a cabo por los municipios de cada sector, y que el número de meretrices infectadas ha disminuido notablemente aún se presentan casos en los que esta medida se evade, ya sea por ignorancia, dejadez o malos manejos. La única manera de evitar el contagio es haciendo uso del preservativo o condón. La decisión está en cada cliente y es obligación de la mujer exigir su uso.
Desgraciadamente, las leyes están hechas para ser rotas, y basta que un cliente prefiera hacerlo "a pelo" como se dice vulgarmente en el argot de la noche, para que con sólo pagar un poco más, ello sea posible.
La mujer detrás de la máscara
Todos en algún momento de nuestra vida hemos visto a una de estas chicas en una solitaria esquina, vestida de diminutas prendas, sin importar que sea invierno o verano; pero pocos hemos reparado que tras ese par de piernas vive una mujer con sentimientos, sueños y temores.
¿Dinero fácil?
Si bien la prostitución puede resultar un negocio lucrativo, en el caso de las damas A1, para otras es sólo la seguridad de tener para el día siguiente algo qué comer. Muchas de ellas entraron en el triste oficio obligadas por la necesidad ante una miseria inminente, otras huyendo de problemas familiares y otro grupo, más reducido, por simple gusto al dinero rápido, pero de ninguna manera fácil.
"Sólo trato de imaginarme que es un trabajo y desligarme de mi cuerpo por ese momento", comenta Stefany, quien estudia medicina y dejará el oficio al finalizar su carrera.
Flavia, pucallpina de 24 años, ingresó al oficio huyendo de la casa paterna en la que fue violada: "La primera vez lloró toda la noche, después me acostumbré".
Marlene, sin embargo, lo hizo ante las necesidades de su pequeño hijo, para ella "siempre es un suplicio".
Los valores morales se baten en constante duelo con la triste realidad que les tocó vivir. Los motivos sobran, necesidades, angustias o simplemente engrosar ahora que se puede una tarjeta de crédito. Pero, sea cual fuere el motivo, su estilo de vida, amparado por las sombras de la noche y por qué no, bajo la clara luz del día, en ocasiones, siempre deja una honda huella imposible de borrar.
Para todos los gustos...
Desde que en los años 40 apareciera el primer prostíbulo de proporciones que albergó la capital en el barrio de Huatica en La Victoria, las cosas han cambiado notablemente. Lo que empezó como una actividad clandestina, se ventila hoy en día a los cuatro vientos. Lima se inunda cada vez más con este tipo de actividades, ejercidas en sus calles, en una red que se ha extendido a barrios de todo estatus social. Resulta común además, ver en las páginas clasificadas de diarios de todo tipo, anuncios en los que se ofrece esta clase de servicios, camuflados (aunque sólo en el nombre) como servicios kinesiológicos, tanto para hombres como para mujeres.
Los selectos night clubs hacen lo propio, ofreciendo a sus bailarinas como "acompañantes" a sus distinguidos clientes, aludiendo que ellas son las únicas responsables de lo que hacen fuera del local.
La tecnología ha ahorrado a los "carnívoros" el trabajo de salir a las calles en busca de sexo. Ahora, a través de Internet se ofrece, a un precio módico claro, la posibilidad de un momento lujurioso, incluso en grupo. Este modo tan antiguo de ganarse la vida no pierde vigencia, incluso la farándula se ve envuelta en el asunto, al acusarse muchas veces en los pasquines amarillistas a vedettes y bailarinas de ofrecer algo más que su arte, asunto que quiérase o no, queda en tela de juicio.
Lo cierto es que tanto la oferta como la demanda son en este caso, directamente proporcionales, mientras más haya, mejor para sus asiduos clientes.
...y colores
En este negocio todo es posible si se paga la tarifa, desde la elección del cuerpo, no de la mujer, cuya edad var’a desde los 13 hasta 50 años; hasta la de un buen hostal, por más de dos horas; o el paupérrimo incluido en los veinte soles, por quince minutos. Además de los servicios extras que se requiera (léase poses), que varían el precio según se trate del convencional "misionero", la estrambótica "patada a la luna", la del "perrito", "69", entre otras de lo más disparatadas. Servicios que las alegres a la fuerza, pero tristes de corazón, damas de la noche, están resignadas a complacer con tal de ver colmados sus sueños de algún día poder salir del hoyo y ser felices. Todo esto frente a un mísero cartel en el que se lee "Un polvo: 5 ó 10 minutos". Siendo así, y tan larga la noche; tal vez, esa mujer de todos y de nadie, pueda en unos cuantos años, hacer realidad sus anhelos.
Doy la vuelta y me alejo, ya no ríen, sólo esperan; una de ellas saca una foto de un niño y la enseña a las demás, "es su cumpleaños" oigo a lo lejos; sus ojos miran pero no ven. Más allá, una niña que parece tener trece años, juega con una muñeca, no hay cliente; de pronto se acerca uno y su mirada inocente se vuelve lasciva. Ahora las comprendo más, no las disculpo ni las culpo, simplemente las veo como seres humanos. "Quien está libre de pecado, que lance la primera piedra".Y tal vez, con el tiempo, quién sabe, oigan desde el fondo de sus corazones el llamado que limpie sus conciencias y puedan, con la cabeza en alto, retomar el camino que un día desviaron; y así, emulando las palabras que dijera Jesús a María Magdalena, reconocer la voz que erguirá sus frentes: "Mujer, ve en paz, fue tanto lo que amaste, que tus pecados te son perdonados..." Y como en "Mujer bonita", esperar desde lo alto de un balcón, la llegada de su príncipe azul, que espada en mano, acude a rescatarlas.
mujer bonita y otras "famosas"
Muchas fueron las mujeres que se hicieron famosas en la historia por vender sus cuerpos y muchas, las que se perdieron en sus páginas. Para muestra, unos cuantos botones. En el Imperio Romano vivió Mesalina, conocida para la posteridad como la "emperatriz prostituta", por sus conocidos escapes, en los que ofrecía sus íntimas caricias a cambio de un dinero que no necesitaba; puro amor al arte. En la Biblia, María Magdalena, a punto de ser lapidada por el pueblo escandalizado, es salvada por Jesús, cuando pide que el que esté libre de pecado sea quien lance la primera piedra, de igual modo que la buena samaritana, que le ofrece agua en su agonía. Otra célebre fue la espía Mata Hari, quien a cambio de información cedía a los requerimientos carnales. Este tema llamó mucho la atención también en la literatura, un ejemplo de ello es la famosa obra de Alejandro Dumas "La dama de las camelias", basada en la vida de Margarita Gautier, cortesana que se redime por amor, y que fue el punto de partida para la célebre ópera de Giuseppe Verdi, "La traviatta". Del mismo modo, el mundo del celuloide hizo lo propio, con películas como "Taxi driver", estelarizada por una púber Jodie Foster; "Niña bonita", con Brooke Shields y la más famosa de todas, "Mujer bonita", con Julia Roberts y Richard Gere, en la que finalmente, ella arrepentida, consigue al amor de su vida.
Parece ser que este controvertido tema vende mucho, sobre todo recientemente, en que el escándalo de los destapes a vedettes está en boca de todos; pero en fin, ese es otro tema. Lo cierto de todo esto es que este oficio, el más antiguo de todos, aún tiene una larga vida por delante y está destinado a nunca desaparecer.
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